Bendecidas porque, al igual que María, tenemos la capacidad de traer al mundo a los hijos de Dios, nuestros hijos!!
La mujer es la mezcla perfecta entre fuerza y delicadeza, coraje y ternura, entre belleza e inteligencia. Entre bondad, compasión, entrega, Amor y Fe.
Una mujer es capaz de afrontar con valentía todos los obstáculos y dificultades que se le presenten en la vida pero mostrando completamente su sensibilidad ante esas situaciones.
Es capaz de sonreír llorando, y de llorar… Sonriendo.
Dios al crear a la mujer, pensó en dulzura, sensibilidad, belleza, comprensión, confianza y perdón… Pensó en fortaleza, templanza y valentía, pero sobretodo… Pensó en AMOR.
Un amor que va más allá de la comprensión de muchos. Un amor que se transforma en ENTREGA al presentarse en el Altar junto a su amado. Un amor que se convierte en ETERNIDAD al ver nacer a su hijo. Un amor que se transforma en MAS AMOR al hablar con Dios.
El ejemplo más maravilloso que podemos encontrar de una mujer es María, la madre de Jesús, la llena de gracia.
Una mujer que aun sintiendo temor, CONFÍO en el Señor y su Palabra.
Una mujer que simplemente dijo “Sí”, un “sí” sin medidas en un acto perfecto de Amor y Fe… Renunciando a ella misma, y convirtiéndose en la esclava del Señor, aunque sabía que no sería fácil, acepto su Voluntad.
Una increíble mujer, que aun sabiendo que vería morir a su hijo en una cruz, caminó con él hacia el calvario, sabiendo que le dolería ver los clavos atravesar sus manos y pies, se quedó allí, acompañándolo, apoyándolo, postrada a sus pies… Porque más puede el amor de una madre que el dolor mismo de ver sufrir a un hijo.
Mujer! Tú eres la creación perfecta de Dios, “eres AMADA y vale la pena morir por TI”. Tú no tienes que intentar ganar a nadie, más bien tienen que ganarte a ti. Tú no eres una “competidora”… ERES EL PREMIO!
Hombres, valoren los regalos que Dios les hace... Sus madres, hermanas, tías, abuelas, amigas, primas… Todas son tesoros de Dios en tu vida. Denle a esos tesoros, el trato que merecen. No intenten entender a las mujeres… No están hechas para ser comprendidas, sino para ser amadas.
Mi invitación es a que oremos al Señor para que sea Él quien nos ayude a tener una Fe como María, una entrega como María, que seamos esclavos y servidores suyos como ella lo fue.
Que tengamos tanto AMOR por Jesús Sacramentado… Como el Amor de María.
Por: Analicia Ramos
El ejemplo más maravilloso que podemos encontrar de una mujer es María, la madre de Jesús, la llena de gracia.
Una mujer que aun sintiendo temor, CONFÍO en el Señor y su Palabra.
Una mujer que simplemente dijo “Sí”, un “sí” sin medidas en un acto perfecto de Amor y Fe… Renunciando a ella misma, y convirtiéndose en la esclava del Señor, aunque sabía que no sería fácil, acepto su Voluntad.
Una increíble mujer, que aun sabiendo que vería morir a su hijo en una cruz, caminó con él hacia el calvario, sabiendo que le dolería ver los clavos atravesar sus manos y pies, se quedó allí, acompañándolo, apoyándolo, postrada a sus pies… Porque más puede el amor de una madre que el dolor mismo de ver sufrir a un hijo.
Mujer! Tú eres la creación perfecta de Dios, “eres AMADA y vale la pena morir por TI”. Tú no tienes que intentar ganar a nadie, más bien tienen que ganarte a ti. Tú no eres una “competidora”… ERES EL PREMIO!
Hombres, valoren los regalos que Dios les hace... Sus madres, hermanas, tías, abuelas, amigas, primas… Todas son tesoros de Dios en tu vida. Denle a esos tesoros, el trato que merecen. No intenten entender a las mujeres… No están hechas para ser comprendidas, sino para ser amadas.
Mi invitación es a que oremos al Señor para que sea Él quien nos ayude a tener una Fe como María, una entrega como María, que seamos esclavos y servidores suyos como ella lo fue.
Que tengamos tanto AMOR por Jesús Sacramentado… Como el Amor de María.
El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: « ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”
(Lucas 1, 28-31)
@aniramos16
Venezuela
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