sábado, 1 de marzo de 2014

No temas - 16 febrero.

Hoy, la Iglesia católica amaneció con una triste noticia y que como creyentes, nos ha dejado realmente indignados. Se ha cometido un sacrilegio... Pero muchos se preguntaran ¿qué es un sacrilegio?

Se entiende como tal, la violación o tra
to injurioso de un objeto sagrado. Aunque, cualquier transgresión contra la virtud de religión se considera un sacrilegio.
Básicamente, la persona que comete sacrilegio, es aquél que no siente respeto o le falta al respeto a lo que nosotros, los cristianos, consideramos sagrado; incluso, el hecho de comulgar estando en pecado mortal es considerado como tal.

El sacrilegio es visto como un crimen, y si aparte es deliberado, se le llama profanación.

El sacrilegio puede darse de 3 maneras: *Personal: cuando una persona insulta a un sacerdote o el ejercicio de sus funciones.
*Local: cuando alguien profana lugares sagrados (altares, iglesias, cementerios, etc.)
O *Real: que se refiere al hecho de profanar las cosas sagradas (los santos sacramentos, la hostia, los santos Evangelios, los vasos sagrados, las reliquias, las cruces, los ornamentos, etc.)

Ante estas situaciones, no debemos abatirnos y mucho menos llenar de odio nuestros corazones a causa de personas irrespetuosas, que están enalteciendo al mal. Sino mas bien luchar y Combatirlo de la mejor manera que podemos hacerlo... CON LA ORACIÓN!
Una oración de adoración y alabanza, de confianza y FE, una oración donde el único Dios y Señor del universo sea glorificado.

El demonio se hace pequeño con nuestra alabanza a Dios, y se hace grande cuando le damos protagonismo en nuestra mente a ese tipo de situaciones!
Ante un sacrilegio no debemos sentir temor, sino acrecentar nuestra oración... Dios que todo lo sabe, sabrá administrar su justicia.

Invito también a que oremos por el descanso eterno de estos dos servidores del Señor (Padre Jesús Plaza y hno. Luis Sánchez), que partieron a la casa del Padre la noche de ayer, quienes en vida fueron forjadores de sueños y apoyo de muchos jóvenes pero que lamentablemente se fueron siendo testigos de este hecho.

El consuelo de todos es que sabemos que Dios los recibirá con los brazos abiertos en su Reino, donde gozaran de la recompensa de lo que hicieron en vida por él.
"«Sean fuertes y tengan ánimo, no teman ni desmayen ante el rey de Asur ni ante todo el ejército que viene con él, porque es más el que está con nosotros que lo que está con él."
(2 Crónicas 32,7)





Por: Analicia Ramos
Venezuela
@aniramos16

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