Pero, de qué somos salvos?
Somos salvados del juicio que realiza Dios a nuestro pecado, y de su “ira”. El pecado nos separa de Dios y la consecuencia de el es la muerte. Pero Dios en su infinito amor y misericordia no ha querido ese final para sus hijos, sus creaturas, por eso la salvación que obtenemos mediante la fe se refiere a nuestra liberación de las consecuencias del pecado, lo que implica la remisión del pecado.
Así que el ser salvo de la ira de Dios es salvación. Sólo Dios, justo juez y amoroso Padre, puede perdonar nuestros pecados y liberarnos de su consecuencia.
Y cómo es que nos salva nuestra Fe?
Todos nosotros hemos pecados contra Dios y merecemos el juicio, pero Él nos ha rescatado a través de Cristo, su muerte en la cruz y su resurrección. Pues, Jesús nunca pecó pero Dios usó esta crucifixión como un medio para colocar los pecados de la humanidad sobre Él, como un cordero perfecto, sin mancha. En ese momento fue cuando Jesús se convirtió en pecado para beneficio nuestro.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Co 5,21)
Pero para poder recibir esa salvación debemos CREER…
Creer en la Santísima Trinidad, en el Evangelio, en los milagros de Jesús, en lo que dice la Biblia, el Gran Poder de Dios, en fin, creer en todo lo que el ser un seguidor de Cristo implica.
CREER Y CONFIAR!
Teniendo presente que en esa creencia debe ir acompañada de un arrepentimiento por parte de nosotros, arrepentimiento de nuestro pecado y el propósito de enmendar nuestros errores.
Así que si la Salvación únicamente podemos obtenerla a través de Jesucristo y nuestra Fe, trabajemos por fortalecer ese don de Dios, acercándonos a Jesús, a su evangelio y a su amor… Sin temor.
“Pero Jesús, que había oído, respondió: «No temas, basta que creas y se salvará».”
(Lucas 8, 50)
Venezuela
@aniramos16
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