sábado, 27 de septiembre de 2014

No temas - 25 septiembre.

Hoy un buen amigo me hizo una pregunta que me hizo reflexionar, la pregunta era: ¿Cómo saber si de verdad hicimos lo que Dios nos pide que hagamos, exactamente como Él quiere que lo hagamos?
A que se refería con la pregunta? Es posible que sientas que Dios te pide que, por ejemplo, camines hasta la cocina de tu casa... Puedes caminar lento o rápido, cierto? Dios no te dijo "camina rápido a la cocina", sólo te dijo "camina a la cocina"... Como saber que de verdad tomaste la opción que Dios quería que tomaras??

Mi opinión al respecto es que, número 1... Interviene muchísimo la confianza que tengas a la acción del Espíritu en ti, cuanto eres capaz de dejar que el Espíritu actúe en tu vida, en tus acciones, en tus decisiones.
Cuando eres un instrumento dócil a la voz del Señor, no tendrás problemas en descubrir cómo debes hacer lo que te pide, porque simplemente seguirás "tu instinto"? Que en realidad no sería tu instinto sino el Espíritu Santo guiandote a través de tus emociones, pensamientos y sentimientos.

Número 2, y por experiencia lo digo... Un factor importante para saber si seguiste de verdad ese instinto espiritual es lo que sientes después de haber hecho la obra o servicio. Si te sientes completamente satisfecho entonces era así como Dios esperaba que lo hicieras, y si no, pues algo faltó o varió en la manera que lo hiciste y la manera en que Él pensaba que lo harías...
Con esto último quiero hablarles desde mi testimonio, muchas veces en el servicio he sentido que Dios me dice que haga algo, algo que puede ser hecho por otras personas, cualquiera, algo que yo siento que es mejor que otras personas lo hagan Pero que por alguna razón me lo pide a mi... En esos casos, que han sido muchos, yo he tomado decisiones de ambos tipos, pues muchas veces he seguido esa voz del Espíritu y he hecho exactamente lo que sentí que debía hacer.
En esos casos me he sentido con mucha satisfacción, alegría y gozo, porque No dejé de hacer lo que Dios quería que hiciera, a pesar de lo que pudiera sentir, lo hice por Él.

Por otro lado también he tomado la decisión de simplemente dejar que otras personas haga lo que yo siento que debe hacerse, o decirles que lo hagan o por lo menos mi opinión de lo que debe hacerse... La obra pedida por Dios se hizo, cierto? Pero yo no me he sentido satisfecha, porque sentí miedo de hacer lo que Él me pidió, no confié en mi misma tanto como Él confió en mi, me entienden? Es como que en esos casos seguimos esa voz de Dios pero tergiversamos un poco lo que nos pide, Y lo hacemos pero a nuestra manera.
Allí viene el momento de aprender a conocerte y conocer esa voz de Dios que te habla, darte cuenta que no era un capricho tuyo hacerlo tu, sino que se te pidió a TI que lo hicieras. En esos casos lo que queda son las lecciones pues no puedes regresar el tiempo para cambiar el curso de los acontecimientos... De igual manera todo es parte del aprendizaje junto a Dios. Si la obra se hizo, Él estará feliz igualmente, pero seguramente El quería darte una lección con lo que te mandó a hacer.

Y número 3... Yo siento que cuando Dios nos pide algo sabe exactamente a quien selo está pidiendo y por qué, por el simple hecho de que nos conoce mejor que nosotros mismos.
Quizás a mi Dios me pidió que hiciera estas reflexiones, pero a ti te pidió que las leyeras, no por el hecho de que yo se más o tu sabes menos, NO... Jamás he pensado eso. Sino porque yo aprendo mejor escribiendo y tu aprendes mejor leyendo, no lo sé, sólo Él lo sabe.
Y así como sabe que es mejor para cada uno individualmente, tiene por lo menos una noción de cómo haremos las cosas.
Cuando te pide algo, Él siendo principio y fin, sabe cómo llevaras a cabo lo que te pide, No importa si hay 100 opciones para hacerlo, Él sabe cómo lo harás en las 100 opciones.

Aparte del hecho de que no siento que Dios sea alguien estricto al momento de pedir las cosas, así como te brinda el libre albedrío, también te debe dar la posibilidad de escoger cómo quieres servirle. Es posible que tú cantes pero tengas miedo escénico y prefieras servirle danzando... El sabe de lo que eres capaz, sabe qué a pesar de que dances para El, también puedes cantarle, pero de igual forma acepta tu ofrenda, tu servicio.

Y no debemos olvidar que en todo momento El está allí para ayudarte en cada paso de tu vida y de tu servicio, Él está allí para fortalecerte en tus temores, para darte ánimo, para guiarte en todo el camino... Y más que nada para agradecerte con bendiciones que no tengas miedo a servirle, sabiendo que sientes que puedes equivocarte, pero aún así entregandolo todo de Ti para darle Gloria siempre.

"No tengas miedo, Jacob, mi servidor; no te asustes, Israel. Pues yo estoy aquí para sacarte de tierras lejanas y a tus hijos del país donde están cautivos. Jacob recobrará la calma y vivirá tranquilo, sin que nadie lo moleste."
(Jeremías 46,27)





(Dedicado a ese amigo que me ayudó con el tema de hoy haciendome esa pregunta... Gracias por ser instrumento de Dios para mi)

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