lunes, 1 de septiembre de 2014

No temas - 1 septiembre.

No te pasa que cuando tienes mucho tiempo sin hablar con alguien te reclama que "lo olvidas"? Es algo muy común no?

La ausencia está relacionada con el olvido entonces?
O mejor dicho, ausencia significa olvido?

Muchos piensan que es así pero en mi humilde opinión, son cosas que no siempre guardan una relación importante.

Para mi la ausencia es, a veces, inevitable pero el olvido es opcional. La ausencia puede ser por infinidad de causas, incluso sin ser premeditadas (viajes, ocupaciones, etc) pero el olvido únicamente ocurre cuando la persona ha decidido olvidar.

Con estas reflexiones me pasó, yo estuve ausente (lo siento:( de verdad) pero nunca olvide lo gratificante que es servirle a Dios a través de ellas. Esa ausencia también la viví en mi comunión con Dios, no se si me explico, no era ausencia de Dios en mi vida, sino ausencia mía en la "vida de Dios", o mejor dicho, en mi propia vida cristiana y compromiso con El... Pero créanme cuando les digo que no había un día en el que no pensara en todo lo que debía hacer para demostrarle a Dios que yo no lo había olvidado.

Lo bueno es que EL siempre te espera con los brazos abiertos, siempre que nos acercamos arrepentidos de corazón.

Y como mi ausencia dejo una enseñanza, quería hablar de esto y enfocarlo en esos 2 aspectos: tu ausencia en la vida de tus hermanos y en la vida de Dios.

Tantas veces nos han dicho que Dios nos necesita, y que somos sus hijos amados, sus favoritos... Pero no siempre nos dicen que también nuestros hermanos nos necesitan, que también nos aman y tenemos un papel importante en sus vidas.
El ser humano es sociable por naturaleza, necesitamos de compañía, de amor, de escucha y comprensión... en fin, necesitamos de los demás para estar en completo equilibrio. Pero hoy te pido que dejes a un lado el egoísmo y la mentalidad yoista ("YO necesito") y pienses más bien en un "El/ella me necesita". Piensa en la importancia que tienes en la vida de otros y qué haces de diferente para hacer sentir mejor a tu prójimo.

Las ocupaciones que te alejan de los demás las tenemos todos, pero la clave está en no dejar que tu presencia en las responsabilidades diarias traiga una ausencia en tu vida personal, espiritual y social.

Y cuando hablo de la ausencia en la vida de Dios, me refiero a los desiertos espirituales. Siempre recuerdo que una hermana muy querida me dijo "los desiertos son necesarios, tanto que hasta Jesús quiso pasar por uno" y es una realidad, Dios no te dice que te castigará si llegas a atravesar por algún momento de sequía, más bien se mantiene atento a ti y a tu regreso. A veces creo que los seres humanos necesitamos extrañar para saber valorar, y es eso lo que hacemos en los desiertos... tenemos que sentirnos solos para recordar que hay alguien que siempre nos acompaña.


Ayer leí un tweet que decía "muchas veces el que se siente lejos de Dios es el que más cerca está" y me sentí tan identificada, porque me ha pasado. Uno siente su ausencia (que en realidad es nuestra) pero nunca su olvido, porque día a día te muestra señales que te hacen sentir su presencia.

Siempre que necesites de Dios o de tu hermano, recuerda que ellos también necesitan de ti. Trabaja y ora para que aún en tu ausencia, ellos puedan sentir tu amor y nunca piensen en el olvido.

"Entonces oigo que me dice: «Hijo de hombre, te envío donde los Israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres me han sido infieles hasta el día de hoy. Te envío donde esa raza de cabezas duras y de corazones obstinados para que les digas: ¡Esta es la palabra de Yavé...!
Te escucharán o no te escucharán porque son una raza de rebeldes? pero sabrán que hay un profeta en medio de ellos. Y tú, hijo de hombre, no les temas, no temas a sus amenazas; serán para ti como zarzas u ortigas, como un escorpión donde te hayas sentado. No tengas miedo de sus palabras, no temas ante ellos: ¡no son más que una raza de rebeldes! Les transmitirás mis palabras, te escuchen o no, porque son una raza de rebeldes."
 (Ezequiel 2, 3-7)






Oración para Aprender a Amar

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; Cuando esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.

Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo.

-Madre Teresa de Calcuta M.C.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario