Siempre entrega a Dios tu servicio con amor, desinteresadamente, con el único propósito de enaltecerle y glorificarle. Y Él sabrá recompesarte con bendiciones en
abundancia.
abundancia.
Servir no es algo de otro mundo, es simplemente dar al projimo lo mejor de ti. Una sonrisa, un abrazo o un simple "buenos dias", pero siempre mostrando al Dios que habita en tu corazon en esas pequeñas acciones.
"Yavé se le apareció aquella misma noche y le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi servidor.»"
(Génesis 26, 24)
Por: Analicia Ramos.
Venezuela.
@aniramos16
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