viernes, 28 de febrero de 2014

No temas - 3 febrero.

En el Espíritu Santo se ve materializada la promesa del Señor de que estará con nosotros a donde quiera que vayamos.
La tercera persona de la Santísima Trinidad está tan presente en nuestra vida diaria como Dios Padre y Dios Hijo... Aunque a veces no le damos la importancia que se merece.

Para quienes aceptamos el llamado de servicio a Dios, el Espíritu Santo es vital. Ya que es a través de El que se lleva a cabo la misión evangelizadora en nuestro ser.
Es gracias a El que Dios logra hablar usando nuestras palabras, moverse usando nuestro cuerpo, pensar usando nuestra mente y sentir usando nuestro corazón... Para que así otros puedan escucharlo, verlo y sentirlo, igualmente por acción del Espíritu Santo!

Es irónico que en oportunidades el Espíritu Santo no sea visto igual de importante que el Padre y el Hijo, sabiendo que es la persona de la Santísima Trinidad capaz de regalarnos 7dones y muchos frutos... Todos dirigidos a ser mejores personas. Todos anhelados para agradar al Padre y para seguir al Hijo sin temor, con un corazón mas bueno.

El Espíritu Santo es Dios mismo, pero es un Dios que se dona a nosotros en múltiples oportunidades. Lo hizo al instituir la Iglesia, con la fiesta del Pentecostés, lo hizo en tu bautismo, también en la confirmación... Y lo hace menos solemnemente cada día de tu vida, cumpliendo su promesa eterna.
El Espíritu Santo es el Dios cercano, el Dios que guía susurrándote al oído, el Dios que reprende con un pequeño pensamiento tuyo, el Dios que convierte tu servicio en gozo para tu corazón, ese que después de la Eucaristía o un encuentro con Cristo trae paz a tu corazón.

No temas aceptar en tu vida la más hermosa promesa de Dios... Que es EL MISMO!
"¡Animo, Zorobabel! -oráculo del Señor-. ¡Animo, Josué, hijo de Iehosadac, Sumo Sacerdote! ¡Animo, todo el pueblo del país! -oráculo del Señor-. ¡Manos a la obra! Porque yo estoy con ustedes -oráculo del Señor de los ejércitos-. Según el compromiso que contraje con ustedes cuando salieron de Egipto, y mi espíritu permanece en medio de ustedes. ¡No teman!"
(Ageo 2, 4-5)






Por: Analicia Ramos
Venezuela
@aniramos16

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