Cuando hablamos de liderazgo en el camino de Dios hablamos de llamado, de formación, de FE y confianza.
El día que conocemos a Dios de una manera más íntima y personal, ese día somos llamados por EL para ser líderes dentro de la sociedad y de la Iglesia misma, pues al conocerlo podemos dar fiel testimonio de su existencia, de su poderío y su amor infinito a otros, y ellos representan entonces tu "equipo a liderizar", dicho de alguna manera para que me entiendan.
Una gran persona me dijo ayer "Un líder puede ser un líder solamente cuando deja que Dios lo utilice" y es por ello el llamado, para que te dejes utilizar por el.
Al hablar de formación me refiero a que un líder, en el camino de Dios no adquiere habilidades y cualidades al azar ni únicamente por sus propios medios, sino que Dios lo dota de dones y herramientas que lo ayudarán a cumplir la misión para la que fue llamado. Así como también, las cualidades que mencionaba ayer que se van adquiriendo gracias a la experiencia, que en este caso serían las enseñanzas dadas por Dios en el día a día.
Pero estos líderes formados dentro del ámbito espiritual tienen una ventaja, y es que no están solos... Ni para tomar decisiones, ni para realizar labores, ni hablar en público. Siempre están acompañados por Dios mismo, en la tercera persona de la Santísima Trinidad: El Espíritu Santo... es aquí donde entra la Fe y confianza.
Un líder, en el camino de Dios, debe tener la plena seguridad y convicción de que no está solo, y de que hay cosas más allá de cómo actuar para cumplir la responsabilidad. Debe estar claro que hay un ser más grande que te usa como un instrumento para obrar en las personas, para influir en ellas, como decía ayer.
Por medio de la Fe, nos convencemos de que no estamos solos tratando de alcanzar la meta, y gracias a la confianza aceptamos la acción de Dios en el logro de dicha meta.
Hubo un "No temas" en el que dije que éramos los héroes de Dios, pues con nuestra ayuda El puede llegar a muchos... Un héroe de Dios es también un líder de sociedad, capaz de aceptar un llamado y formarse para lograr la misión, pero nunca dejando de lado la Fe en Dios y la confianza de que sólo se lograrán los objetivos yendo de su mano y en su tiempo perfecto.
"Por la Fe Moisés ya crecido, se negó a ser llamado hijo de una hija del faraón, Se fijó en que Dios retribuiría a cada uno, y consideró que ser humillado con Cristo tenía más valor que todas las riquezas de Egipto. Por la Fe abandonó Egipto SIN TEMOR a la ira del Rey, porque se fijaba en otra, que es invisible."
(Hebreos 11, 24.26-27)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario