martes, 18 de marzo de 2014

No temas – 18 marzo.

Otra de las recomendaciones dada por nuestra Iglesia Católica para vivir a plenitud el tiempo de la cuaresma es la Oración, aunque ésta no debe ser hecha únicamente en este tiempo, obviamente. La oración representa la principal forma de comunicarnos con Dios, es por ello que debe estar muy presente todos los días de nuestra vida. A lo que la Iglesia quiere llegar con esa recomendación es que acrecentemos la oración en la Cuaresma, pues es un periodo intenso, en el que se nos pide que nos preparemos y renovemos nuestros corazones para revivir la Pasión de Jesucristo libres de pecado, en gracia y constante comunicación con Dios Padre, puesto que es Él quien nos dará la fuerza para llevar nuestra cruz.

Wikipedia dice que la oración es el esfuerzo de comunicarse con Dios, un santo o un difunto, ya sea para hacer una petición, agradecimiento o simplemente expresar los pensamientos y las emociones personales.

Pero yo pienso que cuando se habla de “esfuerzo” es como si dijera que orar es difícil o estuviera lejos de nuestro alcance, cuando es todo lo contrario. La oración es un diálogo, como el que puedes tener con tu mamá o un amigo, pero la diferencia es que ese diálogo está cargado de sentimientos, tus sentimientos, pues la oración no son sólo palabras, también contiene amor, agradecimiento, súplicas, anhelos, humildad, incluso lágrimas y sonrisas; y todo en conjunto representa una ofrenda, para Dios.

Si la limosna es la apertura al otro, la oración es apertura a Dios. Sin oración, nuestra vida cristiana no se sostendría.

En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso...en una palabra, va transformando nuestras actitudes negativas y creando en nosotros un corazón nuevo y lleno de caridad. La oración es generadora de amor. La oración me induce a conversión interior. La oración es vigorosa promotora de la acción, es decir, me lleva a hacer obras buenas por Dios y por el prójimo.

En la oración recobramos la fuerza para salir victoriosos de las asechanzas y tentaciones del mundo y del demonio. Por eso la Cuaresma es vista como un tiempo fuerte de oración.

Aún estás a tiempo de fortalecer tu capacidad de orar, sólo sé constante. Dios no se olvida de levantarte cada mañana, de colocar el sol en el cielo para iluminar tus días, pero aparte de eso, aunque lo sepa todo, Él quiere ayudarte con tus dificultades, quiere saber cómo te sientes, escuchándolo de tu boca, o en todo caso, desde tu corazón.
“«Has puesto a salvo tu vida, apresurándote a presentarte ante nuestro señor. Ahora, sigue adelante hasta su tienda de campaña, y algunos de nosotros te escoltarán hasta hacerte comparecer ante él. Cuando te presentes, no temas: comunícale todo lo que acabas de decir, y él te tratará bien».”
(Judit 10, 15-16)
Referencias Bibliográficas:




Por: Analicia Ramos
Venezuela
@aniramos16

No hay comentarios.:

Publicar un comentario