Es imposible que el cristianismo nos quite la libertad cuando el mismo Dios nos ha creado libres para que voluntariamente busquemos aquello que nos ayude a crecer como personas, e incluso buscarlo a Él.
Dios nos ha dado la inteligencia y la voluntad para decidir lo que queremos, buscamos, a donde nos dirigimos, con quien estamos, etc. Dios nos ha dado libertad de elegir en todos los aspectos de nuestra vida, pero antes nos muestra lo que es bueno y lo que no, lo que es agradable para Él y lo que no (pecado).
Pero aun con ese conocimiento, para nosotros como seres humanos es muy fácil perder esa libertad.
Por ejemplo: Si cometemos crimen, vamos a la cárcel y la perdemos. Cuando nos dejamos llevar por la sociedad y se nubla nuestra capacidad de optar por lo bueno, la perdemos para ser títeres de esa sociedad. Cuando somos vanidosos, envidiosos o avaros, perdemos la libertad de ser nosotros mismos por un estímulo social. Si llevamos una vida promiscua y terminamos con sida, la perdemos o no? Perdemos la libertad de VIVIR!
De allí la diferencia entre “Libertad” y Libertinaje”
La libertad es la capacidad del ser humano para obrar según su propia voluntad, a lo largo de su vida. Mientras que el libertinaje es el total desenfreno en el modo de obrar o de hablar de una persona, pues ésta se entrega a los placeres y los caprichos, sin someterse a las leyes, la moral o los principios.
El libertinaje es una decisión de hacer lo que contradice los principios morales y es así como las personas que presumen ser liberales caen en la esclavitud de “romper las reglas” constantemente. En el cristianismo esa esclavitud se refiere al pecado.
Pero, aunque del abuso de la libertad provienen todos los males morales de la sociedad, Dios quiere respetar la libertad del hombre. Él ama nuestra libertad y nos da los medios para liberarnos de todas nuestras cadenas, con su ayuda.
Somos criaturas DE DIOS, pero a pesar de eso, nos dio libertad para decidir si queremos estar con Él o no, pues CONFÍA en su Creación, CONFÍA en que vamos a elegirlo, CONFÍA en que no nos dejaremos manipular por el mal, que seguiremos el camino correcto, libres de la esclavitud que genera pecado.
¡ÉL CONFÍA EN QUE ERES EXACTAMENTE LA PERSONA QUE CREÓ! Con valores, principios, virtudes, defectos, habilidades, destrezas, inteligencia, humildad, voluntad, bondad y sobre todo amor.
Vivamos nuestra libertad cristianamente… Como nuestro Creador se merece que le agradezcamos por ella… Siendo libres en su amor.
“Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado, Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío.”
(Isaías 43,1)
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