lunes, 7 de abril de 2014

No temas – *3Pack* Parte 1 (4 abril)

Hoy, cuando falta una semana para ese tan esperado “Domingo de Ramos” con el cual damos inicio a la Semana Santa, como católicos debemos prepararnos adecuadamente para recordar y vivir con intensidad la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Pero OJO, dije “recordar” y “vivir” y con esto me refiero a que no solamente vamos a rememorar los hechos por los que tuvo que pasar Jesús para que se cumpliera lo que estaba escrito, sino que también vamos a evaluarnos en todos los ámbitos (personal, social, familiar, espiritual, etc) y estar atentos para saber por qué cosas debemos pasar NOSOTROS para que se cumpla la Voluntad de Dios en nuestra vida y agradecerle así, verdaderamente, por ese gesto maravilloso de Amor que tuvo con nosotros.

La Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo se refiere a las últimas horas que Jesús pasó en la tierra, comenzando con la Oración en el Huerto de los Olivos. Aunque es importante saber que antes de la oración en el huerto, es decir, antes de su Pasión, Jesús se reunió con los Apóstoles para celebrar la cena de Pascua, (conocida por los cristianos como la Última cena) a la que dio un nuevo significado y un mandato: “Haced esto en memoria mía” (Lc 22, 19). Fue allí donde Jesús instituyó la Eucaristía, pilar fundamental de nuestra Iglesia.

Cuando hablamos de la Pasión de Nuestro Señor hay hechos de gran relevancia que, además de ayudarnos a entender un poco el sufrimiento de Jesús, pueden darnos una “guía” de lo que debemos vivir o tener presente en nuestra vida cristiana cuando decidimos seguir a Dios.

1) ORACIÓN EN EL HUERTO: 

“Padre mío, si es posible, aparta de mí este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieres Tú.” (Mt 26, 39)
 

Jesús era plenamente consciente de lo que iba a atravesar y por qué, pero en ningún momento dijo “no” o decidió de alguna manera “frenar” lo que le venía, Él simplemente se mantuvo en ORACIÓN, en comunicación constante con su Padre para que fuera Él quien le diera la fuerza de continuar, la confianza de que todo tenía un propósito en el plan de Dios, la fortaleza necesaria para atravesar la prueba.
 

¿Cómo puedes representar o revivir este hecho de la Pasión de Cristo en tu vida?

De manera general, la Oración en el huerto nos invita a un recogimiento, un silencio, un dialogo intimo con el Padre, pues en la Palabra dice que Jesús se retiró, se apartó del grupo para comenzar a orar. Cuando ores, busca apagar las voces del mundo que pueden ser muy ruidosas, las voces de las preocupaciones y los quehaceres, para concentrarte únicamente en esa suave voz que te susurra en todo momento su amor, su perdón y misericordia, pero que es más fácil escucharla por medio de la oración.

También, la Oración en el huerto, nos recuerda que en la prueba, la oración es la mejor y más eficaz arma de un cristiano, pues es en ella donde encontramos la fortaleza del espíritu y la paz del corazón. Es en ella donde Dios nos recuerda “TÚ ERES MI HIJO Y PUEDES VENCER CUALQUIER OBSTÁCULO, PORQUE YO ESTOY CONTIGO”. A través de la oración recobramos la fuerza y la confianza en Dios.

Otro dato súper importante de este hecho es que fue allí a donde Judas llegó con los guardias para que apresaran a Jesús, por ello quiero destacar que la oración te acerca a Dios, sí, pero el demonio también va a querer acercarte a ti, por el simple hecho de que estás cerca de Dios. La oración no te libera de las tentaciones ni del pecado, te da la fortaleza para vencer esos obstáculos.

2) NEGACIÓN DE PEDRO:
Pedro era uno de los apóstoles con la fe más firme, pero fue él quien negó a Jesús en las dificultades.
Con esto no quiero que nos enfoquemos en el hecho de la “negación” pues creo que todos o la gran mayoría hemos pasado por esa circunstancia en la que hemos negado a Jesús, por temor o miedo a lo que diga la gente.

Centremos nuestra atención en que primero, la fe de Pedro era firme, no por nada fue la roca que usó Jesús para fundar su Iglesia. Y segundo, qué pasó con Pedro después de negar a Jesús; dice la Palabra que lloró amargamente.

Si recuerdas alguna de esas circunstancias en las que has negado a Jesús, estoy completamente segura que recuerdas el sentimiento que vino después, una tristeza enorme porque has negado a quien lo dio todo por ti.

Cuando te encuentres nuevamente en esa situación, piensa en tu fe, si ella es firme como la de Pedro no tiene por qué importarte la opinión de otra persona, sino la de Dios, por ello glorifícale y enaltécele a través de tu profesión de Fe. Y también piensa en esa tristeza que viene después, y haz todo para no sentirla nuevamente.

“Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor (no teman): yo he vencido al mundo».”
(Juan 16, 32-33)





Analicia Ramos
Venezuela
@aniramos16 

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