martes, 29 de abril de 2014

No temas – 27 abril.

Ya que hablamos en días pasados de que somos Vencedores en Cristo y que Dios te ayuda en todas tus batallas, podemos crear una imagen nuestra de ‘luchadores’ no? Porque si vencimos fue porque luchamos, con ayuda de Dios por supuesto.

Si somos luchadores, entonces tenemos “implementos de luchadores” no? En algunas películas los que luchan aparecen con armaduras, espadas y casi siempre con un escudo… Si nosotros somos luchadores, cuáles son nuestros implementos?

Como ya lo dije Dios está presente en todas tus batallas, por eso considero que la CONFIANZA que pongas en Él será tu armadura, pues tú decides si te la pones o no, tú decides si confías o no, pero si lo haces nada podrá dañarte. Dios mira con bondad a quien confía plenamente en ÉL y no deja que le ocurra daño alguno.

Las armaduras no son iguales pues algunas pueden estar más débiles que otras, a causa de los golpes, del uso, o mas bien del desuso… Lo peculiar de estas armaduras es que mientras más las uses, son mas fuertes!! Y los golpes pueden causar que se malgasten o por el contrario que se fortalezcan! Recuerda entonces para tus próximas batallas, ponerte la armadura de la CONFIANZA EN DIOS y verás que será la mejor de las decisiones.

Por otra parte, tenemos el escudo, ese que usamos cuando queremos esquivar algún mal. Pero nuestro escudo no depende enteramente de nosotros, la cita de hoy menciona la LEALTAD de Dios como escudo, esa fidelidad que solamente Él nos puede brindar y que nos muestra día a día.

Si buscas la definición de Lealtad te puedes encontrar con que es “hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre circunstancias cambiantes” y es eso precisamente lo que Dios hace. Dios nos ha prometido (y lo dice en su Palabra) que estará con nosotros siempre, hasta la eternidad, en buenas y malas.

Es su LEALTAD lo que nos permite tener CONFIANZA en Él, por ello debemos usar nuestra armadura y nuestro escudo JUNTOS, para cada batalla y así tener la satisfacción de decir que somos verdaderos VENCEDORES en Cristo.
“Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente, dile al Señor: «Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza». Él te librara del lazo del cazador y del azote de la desgracia; te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio. No temerás a los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol. Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha, tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura.”
(Salmo 91, 1-6)
 
 
 
 

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