En ese tipo de situaciones pensamos que Dios nos ha abandonado completamente o que no escucha nuestra oración, como humanos impacientes que somos.
Cuando esa preocupación nos invade simplemente “gritamos” de temor ante ella, pues en ese momento no estamos viendo el “beneficio” o “propósito” de Dios, de cierta manera Dios es en ese momento como un “fantasma”, dejando que las cosas difíciles fluyan, dejándote cargar tu cruz, sabiendo que ésta contiene el peso adecuado para ti, forjándote como el alfarero perfecto que es.
Y cuando por fin el tiempo pasa es cuando logras escuchar una suave voz, que siempre estuvo susurrando “Soy yo, no temas”.
Ten presente que esas situaciones son parte de la Voluntad de Dios y de la obra que quiere hacer en ti, son parte de sus propósitos en tu vida. Esas situaciones existen para hacerte una mejor persona, y si todavía no lo crees totalmente, simplemente contemplemos la Palabra de Dios:
“Sin embargo, él sabe en qué camino estoy: si me prueba en mi crisol, saldré puro como el oro.” (Job 23,10)
Dios siendo Padre, Creador, amigo, hermano, maestro y Pastor CONOCE grandemente nuestro corazón, lo conoce más de lo que nosotros podemos conocerlo, es por ello que sabe qué es lo que necesitamos cambiar o mejorar y cuando debemos hacerlo. Él va colocando en nuestro camino diferentes situaciones para llevar a cabo su obra en nosotros.
“Ellos, al verlo caminar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban sobresaltados. Pero él les habló enseguida y les dijo: «Tranquilícense, soy yo; no teman».”
(Marcos 6, 49-50)
Analicia Ramos
Venezuela
@aniramos16
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