Cuando se habla de 'perseguir', teóricamente y en el buen sentido se trata de ir tras de algo que quieres alcanzar, Una meta, por ejemplo... Pero mayormente esa palabra se una en un sentido no tan bueno... Refiriéndose a ella como molestar, hostigar, fastidiar, seguir a alguien o algo que huye, castigar.
Recordemos que podemos sentirnos perseguidos por una persona, así como también por un sentimiento o hecho.
Cuando hablo de sentimientos o hechos me refiero a que es posible que tu debilidad o tu talón de Aquiles sea la soledad, y en algún momento sientas que estas sólo, más que en otras ocasiones... Sintiéndote de algún modo perseguido por ese sentimiento de vacío.
O cuando haces algo que te dijeron que no hicieras o no deberías haber hecho, te da remordimiento de consciencia no? En ese caso el sentimiento que te sigue es el de la culpa... Que es bastante insistente, cabe destacar.
Cuando nos persigue un hecho, me refiero a algo que haya pasado en el pasado y que aún no lo hayas superado, que constantemente, día a día lo recuerdes y no te permitas vivir plenamente gracias a eso... Por ejemplo, lsd rupturas en una relación o La muerte de un familiar o amigo.
También podemos sentirnos de ese modo con lo que actualmente llamamos "bullying"... Cuando alguien nos molesta frecuentemente sin razón aparente. Te pasó en tu niñez? O actualmente?
El sentirnos perseguidos pasa a menudo en el camino de Dios, Cuando las personas juzgan y/ o critican tus creencias e ideales, a veces nos sentimos hasta incomprendidos. Muchas veces pecamos por omisión sólo por el sentimiento de ser perseguidos o ser molestados por los demás. Por temor a que lo que digamos nos quite el "puesto" o La "imagen" que tenemos ante alguna persona en particular, o varias. Temor a ser juzgados.
Te ha pasado?
Actualmente muchos cristianos están siendo perseguidos Por musulmanes, sólo por el hecho de ser cristianos, de no compartir tradiciones o creencias, sólo Por mantener el sometimiento sobre ellos, ya que son una minoría en cuando a la cantidad de población.
Ante esto último el Papa Francisco se ha manifestado de la siguiente manera: ''Nuestro encuentro está marcado por el sufrimiento que compartimos, por las guerras que atraviesan diversas regiones de Oriente Medio y en particular por la violencia que padecen los cristianos y miembros de otras minorías religiosas, especialmente en Irak y Siria. No hay razones, religiosas, políticas o económicas que justifiquen lo que está sucediendo a cientos de miles de hombres, mujeres y niños."
El sentirnos perseguidos, ya sea con la magnitud de los acontecimientos en el medio Oriente, o simplemente en nuestra vida cotidiana a través de comentarios o hechos, debe recordarnos la vida de Cristo... Pues desde su nacimiento fue perseguido para matarlo por ser Rey, a lo largo de su vida fue perseguido por los necesitados, por ser fuente de agua viva y salvación, antes de su muerte fue perseguido para apresarlo, para sacrificarlo (me refiero a las personas que pidieron el sacrificio), Por llamarse hijo de Dios, el enviado, el Mesías, fue perseguido por gente buena y malas mientras cargaba una cruz hasta su muerte.... Y hoy en día, debe ser perseguido por todos nosotros, incansablemente, para que podamos llegar a su Reino.
Y así como El fue perseguido, mantuvo siempre su Fe, se fortaleció en la Oración y pudo sobrellevar cualquier circunstancia... ESA es precisamente la invitación con la cita de hoy.
Todos en algún momento llegamos a sentirnos de esa manera, eso debería darnos aliento... El saber que no estamos solos en esas situaciones, que hay muchos hermanos perseguidos de peor o igual manera y que hay un Cristo que fue perseguido, muchas veces, pero hoy es nuestro Consuelo!!
No importa de qué manera te sientas perseguido, pues si la causa es Cristo, es tu bienestar, tu manera de ser, o por haber hecho la Voluntad de Dios en tu vida, entonces BENDITA PERSECUCIÓN!!
Puedes estar seguro de Que no estarás sólo, de que Cristo estará contigo mostrándote su misericordia, protegiendote de quienes quieran dañarte o alejarte de Él.
"Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad. No te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que soy su prisionero. Al contrario, comparte conmigo los sufrimientos que es necesario padecer por Evangelio, animado con la fortaleza de Dios. El nos salvó y nos eligió con su santo llamado, no por nuestras obras, sino por su propia iniciativa y por la gracia: esa gracia que nos concedió en Cristo Jesús, desde toda la eternidad,"
(2 Timoteo 1, 7-9)
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