Sabemos que todos los seres humanos necesitamos relacionarnos, Obvio no? Desde que nacemos nos estamos relacionando porque ni siquiera llegamos al mundo solos, mucho menos sobrevivimos los primeros años de nuestra vida...
Se podría decir entonces que las primeras experiencias de relaciones son Las que vivimos junto a nuestros padres... Y cuantas veces en la adolescencia o más adelante son esas relaciones las más deterioradas que tenemos? Un claro ejemplo de que las subestimamos... Porque si le diéramos la importancia que se merece la primera relación interpersonal que nos hizo llegar a este mundo y sobrevivir en él, muchas de nuestras próximas relaciones serían más sanas.
OJO!! No todo el tiempo quien subestima la relación es el hijo... Los padres también pueden hacerlo, y por supuesto que tampoco es sano vivir con relaciones deterioradas en su propia casa. Misma consecuencia, si salieramos de casa con relaciones fortalecidas, encontraremos mejores oportunidades de fortalecer relaciones en la calle.
Pero por qué tantas veces sentimos que fallamos al relacionarnos con los demás?
El primer error es pensar que la otra persona piensa igual que tu... Es decir, que lo que tu pienses que esa persona hará es justo lo que hará. Alguien te dijo que eres adivino?
Cada persona es diferente, en físico, personalidad, emociones... Que te parezcas a alguien no siempre quiere decir que harán lo mismo en una situación similar. Por eso lo último que puedes hacer es dar por sentado alguna actitud de otra persona porque en esos pensamientos influyen muchas cosas, por ejemplo tu autoestima o la seguridad que sientas de ti mismo, situaciones parecidas Que hayas vivido con otras personas, hasta como te sientas en ese momento... Por eso no es para nada objetivo tu punto de vista con respecto a lo que hará o no la otra persona.
En segundo lugar, otro error común es Ser Orgulloso. No tener la capacidad de hablar, de comunicarse, de preguntar Y quedarse «encajonado» en "lo que yo creo" que esa persona hará en vez de tratar de conocer lo que en verdad hará.
El orgullo es como un veneno letal para las relaciones, cuantas de ellas crees que se han acabado sólo porque ninguna de las dos personas dio su brazo a torcer Y se quedaron con lo que ambos CREÍAN de la otra persona?
En mi opinión han sido muchas, te pido que por favor no aumentes ese número y antes de pensar en Un "no me importa lo que diga", "no necesito explicaciones", "no necesitamos hablar más", te detengas a pensar en lo que sentirías si fueras tu en lugar de la otra persona, y fuera a TI que te estuvieran negando la oportunidad de explicarte.
Muchas personas podrán decir que el ser humano es orgulloso por naturaleza, yo no estoy de acuerdo. Prefiero decir que el ser humano es cobarde y/ o egoista, pues se queda unicamente con lo que sabe y no es valiente para reconocer cuando es necesario bajar la guardia Y escuchar.
La clave de toda relación es la comunicación, sé que todo el mundo lo dice pero es porque ES ASÍ! Hoy le comentaba a mi hermana que desde el silencio es posible hacer mucho, pero hay situaciones donde ES NECESARIO expresarse, decir como te sientes, y cuando se trata de las buenas relaciones es casi obligatorio mostrarle a los demás como te sientes respecto a cada situación determinada así como también escuchar lo que los demás tienen para decir. La comunicación no implica sólo hablar sino también escuchar, porque cuando hablas Los demás pueden reconocer su error, cuando escuchas, eres tú quien reconoce los suyos.
Si la clave de las relaciones es la comunicación, lo esencial de ellas es el afecto, el amor... Las buenas relaciones, las que hallamos espontáneamente, de amistad, familiares, noviazgos, compañerismo, no podrían ser posibles sin aunque sea un poquito de amor.
Por algo el orgullo se combate con amor, no crees?
Las relaciones basadas en Un cariño sincero no pueden ser deterioradas o dañadas de manera permanente pues, el verdadero afecto es como la roca firme en la que hemos forjado esa relación... Si entendieramos eso correctamente, estoy segura que no tendría que hablarles de subestimar relaciones, ni de orgullo ni nada, pues habríamos comprendido cuál es el verdadero objetivo de cada relación... Amar y sentirse amado.
"Bendito el que confía en Yavé, y que en él pone su esperanza! Se asemeja a un árbol plantado a la orilla del agua, y que alarga sus raíces hacia la corriente: no tiene miedo de que llegue el calor, su follaje se mantendrá verde; en año de sequía no se inquieta, ni deja de producir sus frutos. El corazón es lo más complejo, y es perverso: ¿quién puede conocerlo? Yo, Yavé, yo escudriño el corazón y sondeo las entrañas; yo doy a cada cual según su conducta y según el fruto de sus obras."
(Jeremías 17, 7-10)
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