viernes, 3 de octubre de 2014

No temas - 28 septiembre.

Hoy en el Evangelio se nos mostraban 2 hijos de un mismo padre, el cual les invitó a que fueran a trabajar a su viña. Uno de los hijos dijo rotundamente que no quería ir, mientras que el otro dijo que sí... Al final, quien llegó a trabajar a la viña fue justamente el que dijo que no, que se arrepintió de su respuesta mientras que el otro por equis circunstancias no cumplió con su palabra.
El sacerdote preguntaba, ¿quién obró bien o mejor? El que incumplió o el que se arrepintió?

Cuando Dios nos llama, no está esperando una respuesta efusiva que termine en nada, no quiere que Le digas al mundo que Él te llamó, quiere que cumplas en el mundo ese llamado que te hace, sin importar si sólo tú sabes que estas haciendo la obra.
El sabe que es posible que sientas temor después de que te llama, Que sientas que no puedes hacerlo, pero quiere que aún sintiendo eso tengas la capacidad de ser valiente y aceptar hacer lo que Él te diga, aceptar servirle, aceptar su llamado.

En el camino de Dios, en la Iglesia también, nos vamos a encontrar a veces con personas hipócritas, que muestran a las personas ser muy espirituales o sabias y jactandose de ello, siendo soberbios y haciendo que otras personas se sientan inferiores.
Con cuál de los dos hijos pueden compararse ese tipo de personas?
Personas que quizás no están en la Iglesia por la verdadera razon, que es seguir a Cristo. Personas más preocupadas por mostrar al mundo una fachada que por encontrar en la Iglesia, en Dios, el apoyo y guía para sobrellevar sus situaciones personales.

¡TEN CUIDADO! Porque aunque se escuche 'feo', caer en esas actitudes es más fácil de lo que creemos...
Dios nos pide hoy que tengamos concordancia en nuestra vida, con nuestras actitudes, pensamientos, palabras, etc.
Que lo que digamos sea igual a lo que pensemos, que lo que pensemos sea igual a lo creemos y sentimos, y esto a su vez sea igual a lo que hagamos.
Que seamos luz en la calle, luz en la casa, luz en la universidad, luz en el colegio, luz en el trabajo, luz en la calle, en el centro comercial, en el banco, en una fiesta, en un concierto o en una entrevista de trabajo.

Cuando Dios te llama, no te está preguntando de qué careces, o si tienes la mayor y mejor espiritualidad del planeta... NO! El no te está preguntando si te sientes cerca o no de Él, si te sientes bien o mal, si tienes tiempo o no, si eres capaz o no... Solo te llama, y CRÉEME que Él sabe lo que hace.
No está esperando tampoco una respuesta rebuscada, sino más bien una sincera... Aunque sea un "No" del que luego te arrepientas y conviertas en "Si", Se honesto con Él, hablale!! Dios no te llama para juzgarte, ¡Jamás! Te llama para amarte de manera especial, con tu servicio. Te llama para que des un poco de lo "tan poco" que crees tener, ya que ese poco puede convertirse en la grandeza de muchos, esos que lo necesitan de verdad.

Si has decidido creer en Dios, decidiste también confiar en Él. Si decidiste confiar, decidiste también amarle. Si decidiste amarle también decidiste servirle y si decidiste servirle, aceptaste cumplir con sus mandamientos y hacerlo donde quiera que te encuentres, no sólo en la Iglesia. La Iglesia se alegra con un testimonio fiel a las enseñanzas de Cristo, pero el mundo es el que más necesita APRENDER de ese testimonio... TU TESTIMONIO.

Pídele a Dios para que renueve cada día tu corazón, para que sea cada vez más humilde y Santo. Que ese corazón que guarda sus enseñanzas pueda no sólo "bombear" sangre a nuestro cuerpo sino también impulsar acciones de caridad, humildad, servicio, amor, que sean reflejo visible de esas enseñanzas atesoradas, de tu creencia y tus principios morales-cristianos.


"Mientras tanto se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas. A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más."
(Lucas 12, 1-4)




No hay comentarios.:

Publicar un comentario