Comienzo hablando sobre esto no porque quiera hablarles de Béisbol, o porque sea la mayor fanática de este deporte sino que quiero ubicarlos rápidamente en lo que voy a hablar hoy... Que pasa cuando alguien de otro equipo dice cosas que no son o insulta a nuestro equipo??
Lo digo mucho más criollo, que hace un Magallanero cuando el Caraquista se mete con el equipo Campeón? (momento de publicidad)
Ok, la respuesta que busco no tiene nada que ver con discusiones o las madres de esas personas, sino una palabra muy simple: Defender.
Que es lo que hace cualquier persona cuando alguien más desestima, o habla de mala manera de un familiar, amigo, talento, deseos, CREENCIAS...?
Bueno aunque lo último es discutible no?
O es que ustedes creen que TODAS las personas han defendido lo que creen cuando les ha tocado?
Si me preguntaran a mi, lamentablemente diría que no siempre lo he hecho... Cada quien sabrá que responder.
Cuando hablo de defender, por si queda duda, estoy hablando de defender tu fe, tu creencia en Dios, A DIOS, Jesus, María, El Espíritu Santo, La Iglesia, etc... Todo lo que constituye tu parte espiritual, que es tan amedrentada a veces.
Estamos en una sociedad que te habla de Dios de manera "científica", y esto quiere decir que apoya la No-existencia de Dios. Te habla basándose en argumentos de otras personas, filósofos en su mayoría ateos, sobre un Dios en el que no creen, pero que igual estudian... La sociedad nos presenta una opinión objetiva acerca del tema?
Es aquí donde entra la parte de "Defender"... Si me lees constantemente, asumire que no estás de acuerdo con lo que ofrece la sociedad... Sabes por que tienes una opinión diferente?
Porque tu no has "estudiado" a Dios usando la ciencia, tu has SENTIDO A DIOS, usando el corazón... Desde cuando lo espiritual está desligado de los sentimientos?
Tu no has analizado la existencia de Dios... Tu has visto los hechos concretos de su existencia en tu propia vida, con tus propias experiencias.
El mundo nos puede ofrecer tantas opiniones en cuanto a este tema, te puedes interrogar con muchos "¿y por qué existe el mal?", "¿Por qué muere gente buena A causa de la inseguridad?", "¿Por qué el cáncer le da a la gente buena?", "¿Por qué matan a los cristianos?", "¿Por qué hay sacerdotes pedófilos?", "¿Por qué existen las guerras?", "¿Por qué a pesar de las oraciones seguimos con la misma situación en la que estamos?" "Si Dios existiera ya nos habría escuchado, ¿no crees?"
Pero a pesar de todo eso, cuando tienes una fe y creencia firme en la existencia de Dios, no hay ninguna interrogante que te haga dudar o flaquear, porque cuando estás con Dios, el protege tu corazón para que aún en esas situaciones puedas mantenerte confiado, El protege tus instantes A su lado, esos que te han hecho confirmar su existencia...
EL TE PROTEGE!! Porque ya tu has decidido seguirle, ya tu has decidido creer y confiar, ya has decidido verlo en las pequeñas cosas, mejor dicho, ya lo HAS visto en tu vida... Y eso es lo más valiente que alguien puede hacer, pues muchas veces derrumbas todo lo que creías, O parte de ello, para edificar nuevos ideales en una roca más firme.
"Estando David en Jorsa, en el desierto de Zif, supo que Saúl había organizado una expedición para matarlo. Fue entonces cuando Jonatán, hijo de Saúl, fue a Jorsa a visitar a David, para darle ánimo de parte de Dios. Le dijo: «No temas, mi padre no te hallará. Tú reinarás en Israel y yo seré tu segundo, mi padre Saúl lo sabe muy bien». Ambos concluyeron un pacto ante Yavé. David se quedó en Jorsa, mientras que Jonatán regresó a su casa."
(1 Samuel 23, 15-18)
Y es extremadamente difícil defender en muchas ocasiones, no porque no creamos verdaderamente, sino porque ¿cómo explicamos a otros el pensamiento de un Dios en el que No creen? ¿Como explicar usando lo que hemos sentido y vivido a alguien que No ha tenido ninguno de esos privilegios?
Pero aún así es posible, difícil si, No digo lo contrario, pero no deja de ser posible.. Sabes por qué? Porque al final esa "batalla" no es sólo tuya, o más bien, no estás sólo en ella... Si no estás sólo nunca, Porque Dios está contigo, muchísimo menos estarás sólo cuando te toque defenderlo!!
A qué me refiero con esto? Lo explicaré con mi testimonio... Yo escribo estas reflexiones, inspiradas por el Espíritu, y las envío a mis contactos y publico en las redes. Yo no estoy preocupada porque las lean, mi misión es escribirlas y hacerlas llegar.
¿Cuántas personas crees que a pesar de recibirla, no la leen? Muchas, estamos claros... Pero quien es quien se encarga de hacer que las personas correctas lean la reflexión correcta? Dios, por supuesto que Dios...
Yo no escribo para que absolutamente todas las personas lean absolutamente todas las reflexiones (aunque seria lo máximo), escribo para que la persona correcta lea la reflexión correcta, aunque no les ninguna otra... Hay un día para cada quien.
Lo mismo pasa cuando defendemos a Dios, esa es nuestra misión... Defenderlo todos los días que nos toque hacerlo, no para que todos los que nos escuchen en esos momentos se conviertan, sino para que la persona correcta, la persona que Dios está llamando, se convierta en su momento perfecto.
Es por ello que nuestro deber de defender nunca termina, porque no somos nosotros los que hacemos que las personas crean lo que decimos o se conviertan, sino que es el mismo Dios que escoge el momento. Y Él está esperando que todos los días que te toque sostener tu punto de vista, lo hagas de la misma manera, porque, imagina que el día en que necesite llegar a alguien que te esté interrogado, tu te quedes callado...
Es entendible que en momentos no sintamos amenazados de alguna manera, que tengamos miedo y eso nos haga pensar que no podemos defenderlo, pero recuerda que no estás sólo, recuerda todo lo que te ha hecho creer en primera instancia, recuerda tu testimonio, recuerda las veces que lo has SENTIDO en tu corazón... Eso te dará la fortaleza
"Sube a un alto cerro tú que le llevas a Sión una buena nueva. ¡Haz resonar tu voz, grita sin miedo, tú que llevas a Jerusalén la noticia! Diles a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!»"
(Isaías 40,9)
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