Siempre existirán esos momentos en los que debas poner en una balanza bienes, situaciones, incluso personas importantes, y sobre todo la Voluntad de Dios, para darnos cuenta de que hay cosas con las que se nos hace imposible vivir, y otras que no, además de cosas que debemos cambiar para mejor.
Pero, en esas situaciones casi siempre no vemos el “para qué” Dios quiere que dejemos ir cosas que consideramos importantes, sino que nos enfrascamos en que son importantes para nosotros y nos negamos a abandonarlas... Ante esto, yo pregunto: ¿Cuándo Dios nos ha pedido algo que nos vaya a perjudicar?
Como cristianos y mas aún como HIJOS de Dios debemos atender obedientemente las órdenes o advertencias que Él nos hace, pues son para nuestro crecimiento.
No pienses nunca que Dios quiere dañarte con sus mandatos, si somos sus hijos, pertenecemos a Él en cuerpo y alma, si somos sus hijos nos protege con amor paternal… Él que lo conoce todo, nos guía en todo momento (siempre y cuando nos dejemos guiar) solo para conducirnos a la Felicidad.
No temas dejar atrás, cosas que fueron o son importantes, bienes materiales o sentimentales, porque si tienes a Dios en tu corazón, no necesitas nada mas, Él se encargará de llenar ese corazón de los mejores y más preciosos bienes, aunque eso incluya dejar ir otros.
“De todas maneras, les ruego que tengan valor porque ninguno de ustedes perecerá; solamente se perderá el barco. Esta noche, se me apareció un ángel del Dios al que yo pertenezco y al que sirvo, me dijo: «No temas, Pablo. Tú debes comparecer ante el Emperador y Dios te concede la vida de todos los que navegan contigo». Por eso, amigos, tengan valor. Yo confío que Dios cumplirá lo que me ha dicho”
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